Estrés post traumático (TEPT): El unicornio de los diagnósticos psiquiátricos:El cisne que canta tres veces, antes de morir… (página 2)

• Mantener satisfechas las
  compañías que manufacturan las drogas
  psicotrópicas, con sus abultadas y generosas carteras,
  que a tantos de los diseñadores y promotores de esta
  nomenclatura, han enriquecido enormemente. Algo que
  continúa atrayendo el escrutinio crítico de
  tantos profesionales, que la APA (American
  Psychiatric Association) ha sido obligada a optar, bajo
  presión, de desistir al hábito histórico
  de aceptar en su convenciones el patrocinio abrumador que,
  por toda la vida contribuyeran, los fabricantes de
  fármacos

• Saciar las demandas de grupos
  heterogéneos dentro de la psiquiatría, que
  exigen reconocimiento de sus peticiones, de que sus ideas se
  conviertan en entidades diagnósticas — muy a menudo,
  haciéndolo de virulenta manera — este último,
  siendo el método que les da mejores resultados. En
  este respecto se encuentran, como corolario, el Trastorno
  de la Personalidad Múltiple y el
  TEPT

• Crear fuentes de ingresos artificiosos
  a miembros de sus camarillas. Ya que por cada
  categoría diagnóstica que se añade a la
  nomenclatura, una más puede ser usada, para esperar
  reembolso, de compañías de seguros, por
  servicios relacionadas a la misma

• Y para que "profesionales" de los
  campos del comportamiento logren la apariencia de bobos,
  blandiendo el famoso "Manual", usándolo para
  justificar métodos ilegítimos de diagnosticar
  al sano, permitiéndoles escapar la justicia.
  Véanse mis artículos acerca de Madoff, el libro
  de Aguasvivas, y mi artículo acerca de van Gogh, y el
  Dr. Gachet.

En otras palabras que DSM, sirve
muchos propósitos, de entre los cuales —
paradójicamente — el que menos cumple es el de su
putativa "misión" diagnóstica.

Moisés recibe Las Tablas de la
Ley

Los tiempos
"primevales" de DSM y los anales de una
tragicomedia

Ésta fue la era del pre-renacimiento
de la psiquiatría moderna: La época cuando las
enfermedades psiquiátricas fueran todas consideradas,
"trastornos de adaptación" (adjustmente
reactions). Respuestas exageradas a todas las demandas de la
vida — que despertaban en algunas personas ansiedades leves, y
en otras, inquietudes serias — extendiéndose, desde
angustias pasajeras a las diferentes etapas del desarrollo
normativo, hasta trastornos formales, como serían el
autismo y la esquizofrenia.

En esos tiempos, todos los
diagnósticos representaban una gradación progresiva
de un solo proceso, como lo propusiera la tendencia dominante de
la época: el psicoanálisis. Entre las neurosis y
las psicosis, solamente existía la graduación de
una formulación psicoanalítica. Mendelsohn
creía que la esquizofrenia resultaba de la inhabilidad de
la persona de investir el ego (cualquier cosa que eso signifique)
con energía psíquica.

¡WOW!

El requerimiento de establecer criterios
para hacer juicios diagnósticos empezó con la
necesidad de hacer que las determinaciones médicas fuesen
replicables por todas partes del mundo. La psiquiatría,
siendo parte de la medicina, tuvo, asimismo que someterse a la
presión externa que la apremiara a lograr la uniformidad
diagnóstica en la clínica y en la
investigación (Véanse mis artículos al
respecto donde se resalta el rol importante que la Escuela de
Psiquiatría de Washington University en Saint
Louis jugaría en el desarrollo de este aspecto importante
de nuestra ciencia).

Pero, la oposición a estos cambios
se mantendría activa desde entonces, como aún se
mantiene, en los albores de DSM-V, debida a hacer su
aparición en el 2012.

Psicosis…

Recordando tiempos pasados. Es el
año 1985…

Sin reflexionar en los aspectos
insólitos de sus ideas, Roy M. Mendelsohn, nos
enseñaba en Washington University Child Guidance
Clinic, dos nociones, sumamente, idiosincrásicas para
no decir cosa peor:

• Que, "para ser psicoanalista es
  mejor "olvidar" todo lo aprendido de la medicina",
  y

• Que, "el cuerpo es
  prolongación de la mente…"

Big Bang!

Lo que afirmara, permaneciendo
impertérrito, mientras que en la pizarra, tiza en mano,
dibujaba esquemas de "agencias mentales" inmateriales — al
estilo del unicornio — como fuera su boceto favorito
"representando" el Ego, el Súper-ego y el Id, supeditados
a la actividad del "ojo de la conciencia". Todo esto lo
reproducía, de manera esquemática, para que lo
apreciáramos visualmente. Demostrando, al hacerlo, una
convicción tan extraordinaria como
imperturbable.

Muchos, en la audiencia de esos
días, aspirantes novatos a ser psiquiatras de
niños, escuchábamos escépticos. Otros
retrocederían pasmados, al impacto extravagante de esas
aserciones absurdas, mientras que algunos más, saboreaban
las palabras del instructor, extasiados. Aceptando a pies
juntillas, entre otras nociones, que el uso de medicinas en
todos los pacientes psiquiátricos, era equivalente a
negligencia o, peor, a la "introducción de un,
"irreducible", parámetro" en la terapia.

El ego, el súper-ego y el
id…

Recontemos, en breve, la historia de
DSM y sus secuelas, ya que para un análisis
detallado, tres ponencias anteriores la detallan exhaustivamente
bajo los títulos de:

1. Kraepelin, Freud, ¿el futuro
de la psiquiatría? y el finale de DSM-ETC La casa de
naipes que Bob Spitzer construyera,

2. DSM-ETC. Razón,
sinrazón, historia: El futuro de una ilusión y la
ilusión de un futuro, y,

3. Así es cómo pensamos y
así es cómo sentimos — Nos demuestran los
neurocientíficos y los arquitectos de
DSM-ETC.

DSM y la epidemia de "memorias
reprimidas" — la noche larga y tenebrosa: mientras la
razón dor-mía…

En su magnífico compendio de los
trágicos casos derivados de la fiebre de las "memorias
reprimidas" que desataran una epidemia de abusos en los Estados
Unidos. Paul R. McHugh (Profesor Distinguido de
Psiquiatría de Johns Hopkins University) detalla
los pormenores — sin escatimar nombres ni detalles — de los
excesos que, bajo el palio protector del diagnóstico de
Trastorno de la Personalidad Múltiple (TPM), se
cometieran en Norteamérica comenzando con la
publicación de la novela Sybil, la que,
trágicamente llegaría a la pantalla del cine. El
título del libro de McHugh es Try to
Remember…)

Para McHugh, los planeadores del
DSM, forzados, bajo intensa presión por quienes
anhelaban detener los abusos insólitos que, bajo esa
categoría diagnóstica se cometieran, se
adaptarían a la escena usando sus habilidades
miméticas, encontrando un nuevo término para
asignarlo a TPM, dándole una nueva identidad y un
alias: Trastorno de identidad disociativo (DID) et,
voilà!

Esta
ponencia

Lo que aquí nos inquieta, y la
motivación para escribir esta tesis.

Comenzaré por lo obvio. Durante
cinco años yo serví y mantuve el rango de
Capitán de Corbeta (Lieutenant Commander), en la
Marina de Guerra Norteamericana durante los días
más aciagos de la Guerra en Vietnam y del "conflicto" en
Laos.

Personaje mítico y
místico…

Durante esos años, sirviendo como
psiquiatra militar, el único caso que se aproximara a un
TEPT, del que yo fuera testigo, ocurrió — no en
el campo de batalla, bajo circunstancias involucrando el fuego
intenso del enemigo en armas, como sería de esperarse,
sino — cuando su bote estaba sumergido, al comandante de un
submarino. Los detalles de este caso están contenidos en
mi artículo: Los enteógenos. El chamanismo,
y los estados de conciencia alterados…

No era como si el TEPT fuera
entidad común.

Otros colegas corroboraron, entonces, mi
impresión de que los casos reportados del TEPT no
eran comunes. Aunque es necesario asimismo reiterar, que cuando
compensaciones monetarias están en tela de juicio, los
seres humanos son, como dice la canción de Dolly Parton,
The Grand Pretender: "Oh-oh, sí, yo soy el
gran fingidor… Pretendo lucir como si [a mí no] me
estuviera yendo bien…".

Lo segundo, como factor determinante para
esta tesis, sucedió cuando se publicase el libro
Vietnam: A Casebook, cuya copia, para revisión y
comentario, me la enviara Agop Akiskal, a nombre de la revista
profesional Journal of Clinical Psychiatry.
Asignación que recibiera con mucho agrado.

El autor de este libro, Jacob Lindy, y
otros colegas, provenientes de Cincinnati, durante nuestros
años de entrenamiento en el Instituto para el
Psicoanálisis de Chicago, compartieron conmigo muchas
horas de compañerismo y de intercambio intelectual.
Éramos, más que camaradas, éramos
amigos.

Por ello, y por la calidad de la obra,
endosé el libro, para el beneficio de quienes leyeran esa
publicación y, asimismo, afirmé el uso de la nueva
etiqueta diagnóstica, con pocas reservaciones. Invitando
más adelante a Jack para que compartiera sus conocimientos
con nuestro grupo en Saint Louis, donde fuera recibido con el
entusiasmo merecido.

De hecho, cuando escribiera mi
artículo, Del aborto y sus consecuencias
inesperadas, en el introito del mismo, hago referencia
inmediata a la obra que Lindy publicara.

Pero ahí no termina
todo…

Mis reservaciones acerca de TEPT
comenzarían a crecer al mismo tiempo que los "consejeros
de trauma" empezaron a brotar como las malas yerbas por todas
partes del mundo. Estaban presentes, siempre que cualquier evento
trágico sucediera — lo que hicieran aunque su presencia
no fuera solicitada — ni tampoco necesaria, y menos, bien
acogida.

Campamento…

Más adelante, cuando el caso del
pre-escolar McMartin en California (aludido en mi
ponencia, La masacre de Texas: El mal que los hombres
hacen…) y el de Kelly Michaels en New
Jersey, se hicieran famosos, muchos pensadores serios y
escépticos en nuestro campo, empezarían a tener las
mismas dudas, por mí sentidas…

A medida, que otros casos de "memorias
recuperadas" (en el modo que Freud desatara la epidemia del abuso
sexual infantil) siguieran apareciendo in crescendo, reflejando
situaciones idénticas, bajo interrogatorios artificiosos,
empleando las famosas muñecas anatómicamente
correctas. De manera progresiva, estos casos me
conducirían a reflexionar si, al fin y al cabo, esta
categoría diagnóstica, como tantas otras que
abundan en DSM-ETC, no fuera otro unicornio en
disfraz.

Hablemos, entonces, del unicornio presente
en el título de este trabajo

El
Unicornio

El unicornio, como elemento de
interés pedagógico fue despertado en mí por
uno de mis supervisores, cuando servía una rotación
psiquiátrica en el legendario Seton Psychiatric
Institute en Baltimore, Maryland, entonces bajo la
dirección del distinguido "abuelo" de la
psiquiatría norteamericana, Leo H. Bartemeier
(1895-1983).

Bartemeier, sirvió como presidente
de la American Psychiatric Association y se
destacó como psicoanalista devoto al catolicismo
irlandés, en un tiempo cuando no ser protestante era
considerado un obstáculo para todo avance académico
en los EE.UU.

Cuando, en nuestras conferencias
clínicas en Seton, algún detalle
despertara dudas acerca de la relevancia de los hechos siendo
descritos en un caso, por un residente en entrenamiento, el
asistente de Bart, Lou Cleary, interrumpía abruptamente,
exclamando: "¡No el unicornio de nuevo!"
Significando, que algo embellecido, tal vez, pero mítico,
matizaba la presentación del psiquiatra en
ciernes.

¡Doce meses interna en una
clínica privada, "sufriendo" de "ataques de pánico
y del TEPT"!

De importancia para esta ponencia es que
Bartemeier en su vida ejemplar contribuyó mucho al
entendimiento de la psiquiatría militar. Una
publicación clásica es: (Combat
Exhaustion: Leo H. Bartemeier, Lawrence S. Kubie, Karl
A. Menninger, John Romano and John C. Whitehorn. J. Nerv.
Ment. Disease, 1946, pp. 358–389 and 489–525),
en la que se predicen los efectos de lo que hoy se considera
TEPT.

¡El unicornio, al fin!

El unicornio es un animal fabuloso,
protagonista de numerosas historias y leyendas. En la Edad Media
se consideraba como ser maravilloso, capaz de derrotar a un
elefante. Además, se decía que con su cuerno
solitario se podían purificar las aguas contaminadas
haciéndolas potables.

La primera referencia conocida sobre este
animal prodigioso pertenece a Ctesias, historiador griego del
siglo V AEC, quien lo describió como un equino silvestre
proveniente de la India, con la figura de un caballo, pero con el
cuerpo albo, la cabeza púrpura y los ojos de color azul
intenso. El cuerno de esta bestia asombrosa, según
Ctesias, era negro con una punta roja y la base blanca, dotado,
además, con propiedades terapéuticas que
permitían la cura de problemas estomacales, epilepsia, o
envenenamientos.

Muchos Papas, reyes y nobles guardaban
entre sus posesiones más preciadas cuernos de unicornio,
pagando cuantiosas sumas de dinero para obtenerlos.

Se creía que el veneno no
surtía efecto sobre quien llevaba un fragmento del cuerno
de este animal. Lo que lo hacía deseable en un
período de la historia donde el envenenamiento era cosa
común.

Se aseguraba que en la frente del
cuadrúpedo había un rubí que podía
ser utilizado en medicina, y que su corazón curaba
heridas. Su hígado aliviaba la lepra, un cinturón
hecho con su piel prevenía la fiebre, y botas hechas de
este material generaban piernas fuertes e inmunidad contra las
plagas (esto lo afirmaba alguien con tanto prestigio como,
entonces tuviera, la abadesa Hildegarda de Bingen).Hasta mediados
del siglo XVIII el unicornio no empezaría a ser eliminado
de los tratados médicos. Demostrando que nuestras
creencias en lo portentoso no se disipan
fácilmente.

Habiendo descrito el unicornio, es nuestro
deber, antes de proseguir, informar a nuestros lectores, que el
Departamento de Defensa (léase, el Departamento de
Provocar Guerras) de los Estados Unidos, actualmente reporta
un incremento enorme en el año 2009 de suicidios dentro de
los rangos militares.

Sin tratar de asociarlo al incremento de
estas muertes, lo analistas médicos, citan, como causa
posible, la duración extendida de las rotaciones de los
soldados en los teatros de batalla. Los cuales han excedido los
límites considerados aceptables por los estándares
modernos. Resistiendo, mientras lo hacían, la
tentación de asignar la causa al sobrevalorado efecto del
TEPT.

Este último detalle, significa
progreso…

Ahora
discutiremos la entidad diagnóstica TEPT: Sus usos, sus
abusos, sus implicaciones y sus aplicaciones clínicas: La
canción del cisne…

La finalidad que nos guía en esta
parte de nuestra tesis acerca del TEPT es la de
determinar si esta entidad nosológica merece un lugar en
una nomenclatura de la psiquiatría — cualquiera que
ésta sea, y dónde quiera que ésta se
encuentre — ahora que se acercan los días cuando
DSM-V hará su aparición, preñada de
nuevos retoños controversiales y, aún,
potencialmente nefarios.

Principiemos con otra visita a la
Mitología y las leyendas folklóricas, mientras
consideramos la fábula alegórica de Leda y el
Cisne, con una referencia circunstancial al ballet El
lago de los Cisnes…

La mitología, como los cuentos de
hadas, traducen las inquietudes del ser humano. Freud, Jung,
Bettelheim, Melanie Klein y muchos otros pensadores en el campo
de las ciencias del comportamiento y la antropología,
dedicaron su interés al estudio de la importancia de estas
actividades intelectuales, especialmente en lo que respecta a sus
orígenes, sus repercusiones y sus aplicaciones en la
clínica y la investigación.

Leda

En la mitología
griega, Leda, era una de las amantes humanas
de Zeus. Una
vez, cuando caminaba junto a un río, fue violada por este
mismo dios, transformado en cisne, y fingiendo ser perseguido por
un águila. Esa misma noche, Leda, yació
con Tíndaro,
su esposo.

Al día siguiente puso dos huevos de
los cuales provinieron cuatro hijos.

Dos por Zeus y dos por su esposo: Helena
y Pólux (seres
inmortales, supuestos ser hijos de Zeus) y Clitemnestra y Cástor (mortales,
aparentemente hijos de Tíndaro).

Al final del mito, Leda es divinizada
por Némesis,
la diosa del justo castigo. Lo que no está claro, es la
razón merecer esta prerrogativa póstuma.

La leyenda de Leda y el Cisne ha
inspirado, en toda la Historia del
Arte, numerosas obras: desde Dalí, en su
lienzo, Leda
atómica, a Tintoretto, pasando
por Matisse, Paul
Cézanne, Leonardo da
Vinci, y muchísimos pintores y escultores que han sido
seducidos a replicar esta escena, reminiscente de las parafilias
(DSM-IV-TR 302.9).

Gólgota
Rosa

Una referencia erótica a Leda se
encuentra en el
poema Blasón de Rubén
Darío: "Es el cisne, de estirpe sagrada, cuyo
beso, por campos de seda, ascendió hasta la cima rosada de
las dulces colinas de Leda." Lo que nos lleva a recordar el
poema Gólgota Rosa, del dominicano Fabio Fiallo
(1866-1942), el que en seguida, por razones de orgullo vano, y
para el placer de nuestros lectores, reproducimos:

Gólgota Rosa

A Ana María
Menocal

Del cuello de la amada pende un
Cristo, joyel en oro de un buril genial, y parece este
Cristo en su agonía dichoso de la vida al
expirar.

Tienen sus dulces ojos
moribundos tal expresión de gozo mundanal, que a
veces pienso si el genial artista dióle a su Cristo
alma de don Juan.

Hay en la frente inclinación
equívoca, curiosidad astuta en el mirar, y la
intención del labio, si es de angustia, al mismo
tiempo es contracción sensual.

¡Oh, pequeño Jesús
Crucificado!, déjame a mí morir en tu
lugar, sobre la tentación de ese Calvario hecho
en las dos colinas de un rosal.

Dame tu puesto, o teme que mi
mano con impulso de arranque pasional, la faz te vuelva
contra el cielo y cambie la oblicua dirección de tu
mirar.

Personalidad Múltiple: "Yo
soy todas, todas somos, ¡YO!" (Gracias a Larry
Kuhn)

Aunque para algunos de los proponentes y
propaladores de las neurociencias como las disciplinas que todo
lo explican, todavía — gracias a la epigenética
— tenemos que dar cupo a otras ramas del conocimiento para
asignar significado a nuestro determinismo emocional.

Hablemos, entonces, del ballet, de la
música y de las artes canoras

La música, aquélla
controvertida expresión de las artes y de la creatividad
humana — aunque Steven Pinker, prefiera darle un sesgo prosaico
y culinario — cuando la descarta como siendo "una tarta
para el oído". (Véase, Música:
Evolución y Destino… "Yo sé por qué,
el pájaro, canta en su jaula…").

La escena de La Muerte del Cisne,
en el ballet El Lago de los Cisnes, la obra más
reconocida del compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky
(1840-1893), está matizada con simbolismos provenientes de
fábulas tradicionales teutonas y rusas.

Como tal, la acción, se presta a
más de ser un finale, a ser un renacimiento
glorioso…

Trastorno por estrés
post-traumático (DSM-IV-TR 309.81): Una
exégesis de la nomenclatura y su uso injustificado en el
proceso diagnóstico y en el ámbito legal

El transcurso del proceso legal invita a
algunos abogados al uso de la mentira para lograr sus
propósitos, conozcan a Yaquelín.

Yaquelín, nunca estuvo conforme con
las cartas que la vida le sirviera en la mesa del azar de la
vida: Simple, fea, gorda, miembro de una casta, injustamente
despreciada, y pobre.

Para quienes la conocieran de joven,
después de hacerse profesional, todavía les
lucía como una chopa. Ropas ajadas y de colores chocantes,
maquillaje de matices azules brillantes en los párpados, y
coordinación de los tonos de sus vestimentas, al azar y
con mal gusto. Careciendo de padres, nadie la había
enseñado…

Twinkies

¿Qué más le quedaba, a
esta pobrísima mujer sino el deseo de superar sus
miserias? Lo que lograría cumplir, haciéndose
abogada — la profesión más hacinada del mundo —
especialmente, en la República Dominicana, de acuerdo a
las pocas estadísticas que, en este país se
divulgan. Carrera, cuyo título se obtiene, con facilidad
enorme, en universidades marginales.

En este caso, puede ser dicho, que la vida
de esta, desventurada mujer, sería en su totalidad, su
única y mayor traumática experiencia.

Inculta como el que más, y
desprovista de conocimientos básicos, se hizo una abogada
"picapleitos", de reputación artera y despiadada, lo que
atrajo clientes de mala calaña, quienes dependieran de la
falsedad y de lo marrullero para lograr sus objetivos.

Se especializó en la compra de
jueces, alguaciles, fiscales, abogados — aún
representantes de defender la oposición — y testigos de
conveniencia, para lograr sus fines.

Lo hacía sin resquemores, mientras
tildaba a quienes presentaban evidencias que la deslucieran, de
ser engañosos. El ejercicio de sus argumentos se basaba en
el ditirambo artero y en la falsedad inescrupulosa.

Para apaciguar sus propios recatos, de lo
que pocos gozara, se metamorfoseó en un ministro de una
iglesia evangélica, con lo que lograría justificar
sus perversiones ruinosas, para quienes en su "moralidad"
creyeran. A todos les regalaba Biblias, para que se instruyeran
en la palabra de un Dios, cuyos mandamientos
desconociera.

Me escudaré en la defensa del
Twinkie…

¿Fue Yaquelín — la
representante de Dani, el psicópata notorio —
víctima del PTED, cuando engordaba sin parar, por
serle imposible disminuir las ansiedades que la impulsaban a
comer incesantemente y a ganar de peso? ¿O
deberíamos asignarle su "etiqueta debida", de acuerdo a la
mejor tradición de muchos abogados y de algunos de los
psiquiatras con quien ella se asocian?

Hela aquí: Trastorno
limítrofe de la personalidad (DSM-IV-TR
301.83).

Si es por traumas. La vida de
Yaquelín fue una concatenación indescriptible e
infinita de malas fortunas.

Pero, por haber sido traumatizada se
dedicó a traumatizar a otros por uso de la mentira, sin
sentir remordimientos. En este caso, no hubo síntomas, ya
que ella, torturando a otros, se resarció de los golpes
duros que la vida le asestara.

Otros casos pertinentes…

Para los abogados quienes trataran de
emplear la famosa defensa del Hostess Twinkie, tampoco
les parecería absurdo hacer el esfuerzo de persuadir un
jurado, de que el doble asesinato premeditado, cometido por su
cliente era excusable por la ingestión en exceso de
junk food (comida chatarra o de poco contenido
nutritivo).

A otros profesionales no les causa
resquemores que una paciente evada el peso de la justicia,
argumentando que el desfalco, por esa persona concertado, y las
miserias, que a otros, sus crímenes causaran, le
produjo ¡a ella! (no a sus víctimas) un
caso de PTED, que se evanesció milagrosa, e
impúdicamente, el instante preciso en que se decretara el
indulto— o, fue ¿el insulto?

¿Qué es la "defensa del
twinkie"?

Es un término derogatorio para
calificar el esfuerzo hecho para manipular la propugnación
de la inocencia de un criminal, quien, asistido por su abogado,
alega que factores insólitos (como son alergias, al
café, a la nicotina o al azúcar) redujeron su
capacidad de adherirse a lo propio cuando cometiera un crimen
abominable.

"Experta" en todo, como la licenciada
Yaquelín…

La locución tuvo su origen en la
descripción que hiciera, en los años setentas del
siglo pasado, el abogado Herb Caen durante el juicio de su
cliente, Dan White, quien fuera declarado culpable de los
asesinatos premeditados y alevosos, del Alcalde de San Francisco,
George Moscone, y del Supervisor de la Ciudad Harvey
Milk.

Durante el juicio, el psiquiatra Martin
Blinder, testificó que White había sufrido de
depresiones, causándole una reducción de su
capacidad mental. Para sustentar lo absurdo, Blinder
mencionó que White, un defensor entusiasta de las comidas
saludables, había comenzado a comer porquerías
(junk food), lo que conllevaría a una forma grave
de estrés emocional. De así ser, los Estados
Unidos, en lugar de figurar como país número uno en
la obesidad, lo sería en el crimen por prejuicios, ya que
ambas víctimas de White eran gay.

¿TEPT…?

White, finalmente, fue encontrado culpable
de ambos crímenes pero, fue sentenciado a cumplir una
condena ligera gracias a la "cortesía" de otro abogado sin
escrúpulos asistido por, el acostumbrado, psiquiatra
venal. Logrando evadir la pena, cuasi obligatoria, de muerte.
Pero, habiendo servido menos de cinco años de una
sentencia de sólo siete años, Dan White,
retornó a San Francisco y se suicidó por medio del
monóxido de carbono. La Ley Natural…

En el asunto de psiquiatras venales y, a
veces confusos, gozamos con la pericia de Paul McHugh, quien nos
ofrece ejemplos de académicos, cuyos desvaríos
erizarían los pelos de cualquiera persona
sensata.

Veamos lo que McHugh nos presenta en su
libro:

• Una lista extensa de nombres de
  psiquiatras, que por todos los Estados Unidos, propagaron y,
  mantuvieron, el culto de las "memorias reprimidas" causando
  daños inconcebibles a sinnúmeros de personas
  inocentes, a quienes arrastran a la ruina física y
  emocional. En la actualidad, algunos de estos profesionales
  han pagado con dinero y prisión sentencias merecidas
  por sus abusos.

• La mención de John Mack,
  Profesor de Psiquiatría de la prestigiosa Escuela de
  Medicina de Harvard, quien, todavía profesa creer, que
  sus pacientes que alegaran haber sido secuestrados por
  alienígenos — para él — tuvieron
  experiencias genuinas.

• La introducción del Dr. Richard
  Lowenstein, responsable por la creación de una de las
  muchas unidades para el tratamiento del trastorno de la
  personalidad múltiple en el distinguido hospital
  Sheppard and Enoch Pratt en Baltimore — unidades,
  que en tiempos pasados, proliferaran por todas partes en los
  Estados Unidos — unidad (la suya) que fuera clausurada, en
  medio de controversias legales, debido a los excesos
  cometidos por miembros del personal clínico que este
  profesional activamente dirigiera. Éste no
  sería caso aislado.

• El vía crucis de niños
  pequeños que fueron removidos de la custodia de
  devotos e inocentes padres por sociólogos enajenados
  por el odio, en lo que en mi artículo al respecto,
  describo como La Masacre de Texas…

Pero, todavía hay más —
muchos más — casos de esta índole. Lo que
carecemos es del espacio, y nos falta la justificación de
designio, para cubrirlos en esta tesis.

TEPT frente al juicio de la
razón

Robert Spitzer, el editor en jefe de
DSM, recientemente afirmó lo siguiente:
"Desde la introducción del diagnóstico TEPT en
el 1980, ninguna otra categoría diagnóstica, con la
excepción del Trastorno de Identidad Disociativo (una
categoría relacionada al TEPT), ha generado tanta
controversia en nuestro campo. Porque los límites precisos
de este trastorno, sus criterios diagnósticos,
hipótesis centrales, utilidad clínica, y
prevalencia en poblaciones diversas carecen de
verificación y soporte." Esto lo dice alguien quien
debe de saberlo, más que nadie…

Patrañas
históricas

La ciencia, misma no está exenta del
embauco. Ejemplos egregios de este mismo fenómeno, durante
el siglo pasado fueron:

• el "descubrimiento" del famoso "Hombre
  de Piltdown" en el 1912,

• la fisión fría,
  y

• el Affaire de Sokal, publicado
  bajo el título: Transgressing the Boundaries:
  Towards a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity
  (Transgrediendo las fronteras: hacia una hermenéutica
  transformadora de la gravedad cuántica.) Que
  apareciera en la revista Social Text en el
  1996.

Terror sin
secuelas…

Con antecedentes tan "ilustres", los
enredos engendrados por DSM en todas sus permutaciones
miméticas no deben ni extrañarnos ni causarnos
sorpresa, aunque debido a los arbitrarios e improcedentes
métodos que la gobiernan, deben de continuar siendo
razón para que mantengamos nuestra actitud cautelosa y
nuestra aprensión intelectual.

Prosigamos

¿En qué consiste
TEPT y cómo justifican los "genios" de
DSM, su razón para seguirlo incluyendo en el
famoso manual?

En cierta manera, en esta ponencia,
hablamos de TEPT, como si poseyera una personalidad
propia y una identidad merecida. Lo que hacemos, por la simple
razón de que su aplicación, como concepto, y usos,
como diagnóstico, se prestan a lo místico, y
asimismo al abuso que estamos acostumbrados a esperar de los
chauvinistas. Preparados a embaucarnos con sus fábulas
misteriosas que cautivan las mentes de quienes están
preparados a creerlas — como tantos, pobres incautos, creyeran
en las palabras de Mendelsohn y las de quienes, hoy, utilizan el
diagnóstico psiquiátrico para burlar la
justicia.

El TEPT no es una entidad parte de
una enfermedad. Sino que constituye una respuesta natural,
provocada por eventos alarmantes, que varían en intensidad
de persona a persona, dependiendo en muchos factores.

Como tal, consiste en una de varias
categorías de aflicciones que caen dentro de la gama de
"emociones de adaptación y reajuste". Una de las
condiciones que incluyen el duelo, la morriña, y ciertas
formas de desmoralización psicológica relacionadas
aún a los celos, o asociadas con la diminución de
la autoestima por reveses comunes de la vida
cotidiana.

Duelo…

Lo que es más destacado acerca de
estas emociones reactivas, es cuánto éstas se
asemejan entre ellas. Siendo muy difícil separarlas entre
sí.

Muchos estudios conducidos en varias partes
del mundo confirman la noción, por mucho tiempo sostenida,
de que lo que llamamos TEPT son reacciones normales, a
veces prolongadas, del ajuste estándar que todos hacemos a
las durezas de la vida.

Pero, cuando se procede de la manera
estipulada por DSM, que exige que las categorías
diagnósticas sean establecidas solamente por el listado y
la enumeración de síntomas, es fácil erigir
cualquier condición, ajustándola al grupo que
más se le aproxime, o que más nos
convenga.

De ello proviene la parodia conocida como
TEPT.

Pero aún, cuando se es muy liberal
en la aplicación de esta "etiqueta", sólo se
conocen casos fabricados y de conveniencia.

En tiempos recientes, donde más se
esperaba que surgieran — en cantidades considerables, casos de
TEPT — sería durante la destrucción de
las Torres Gemelas en NY, los ataques terroristas de los Metros
europeos y, aún en Irak, donde no se han registrado estos
diagnósticos. Lo que es expresivo del hecho de que
éstos no existen, y asimismo, de la capacidad emocional de
los seres humanos para tolerar eventos
traumáticos.

Lo mismo que sucede con el TEPT
ocurre en el caso de los trastornos de ansiedad, que como los
ataques de pánico, son fenómenos de
regulación afectiva, de muy poca gravedad y corta
duración — a menos que los síntomas sean causados
por otros factores interpuestos — en cuyo caso cesan de
pertenecer a la categoría de los trastornos de ansiedad.
(Véase Larocca, F: (2007) Trastorno afectivo, Tetania
muscular y Alcalosis Respiratoria en
monografías.com).

En resumen

Cuando un crimen de naturaleza espectacular
y espantosa se comete en los Estados Unidos, y aún en
otros países, los abogados para la defensa del perpetrador
del mismo — si es que existe el dinero para planear la coartada
— se congregan de inmediato, para planear la absolución
de su cliente, no importe que la injusticia, por ellos concebida,
consista en una burla a todas las leyes humanas y
naturales.

El caso más reciente que se
decidiera no hace mucho, fue el del autor y productor de
música Phil Spector, condenado a servir una sentencia —
de entre quince años a vitalicia — por haber causado la
muerte, de manera monstruosa, a la actriz aspirante, Lana
Clarkson, la primera vez que la conociera.

Phil Spector en tiempos mejores, la
mujer en el círculo, los tabloides identifican como Lana
Clarkson

Lo importante aquí es el hecho, de
que, aún cuando el cuerpo no se había removido de
la escena del crimen, por Spector cometido, Robert Shapiro —
abogado famoso por muchas cosas, entre ellas, por haber sido
parte de la defensa de O. J. Simpson — fue llamado para que
asistiera en su evasión de la ley, al millonario
asesino.

Antes de apersonarse en el lugar, Shapiro,
exigió un avance de un millón de dólares
para "evaluar" el caso.

La defensa de la locura (insanity defense),
o la locura de la defensa

Desde que se hiciera popular en el 1843 en
Inglaterra, como el Principio de M"Naghten, esta maniobra legal,
en sus aplicaciones, ha resultado en abusos y vicios de la
aplicación de la ley, a veces rayando en lo
ridículo. Por esa razón, su uso como recurso para
la defensa de casos criminales, hoy se considera como
admisión tácita de la culpabilidad del
encausado.

Esquema representativo de la defensa por
la locura…

En otros procesos, adaptaciones
médicas y psicológicas a estas nociones
"humanitarias", por sí solas o en combinación, se
continúan empleando para asistir al criminal en su
obstinación por escapar justo castigo. Es triste que las
páginas del DMS-ETC hayan sido utilizadas para
lograr este otro propósito, tan divisivo como
inmoral.

Curiosamente, la justicia no es del todo
tan ciega, porque, cuando se trata de criminales que escaparan la
Alemania nazi, no importa su edad. Si se los encuentra, hoy se
los enjuicia con el mismo fervor vindicativo donde quiera que
estén.

Encabezando la lista de Nazis Criminales de
Guerra, con un precio en su cabeza, está el Dr. Aribert
Heim, quien, de hoy estar vivo, cumpliría los 93
años de edad.

El cisne canta, tres veces, antes
de morir:

Reclamando la eliminación de todas
las categorías diagnósticas frívolas,
contenidas en DMS-ETC que, no sólo entorpecen la
enseñanza y la práctica de la psiquiatría
como disciplina, sino que complica el proceso del
diagnóstico preciso con sus caprichos
metodológicos.

Objetando a que profesionales de las
ciencias del comportamiento y abogados venales, sigan aplicando
maleablemente, y en contubernio, los diagnósticos
listados, para violar principios éticos, integrados de
manera inextricable, en nuestra constitución de animal
moral.

Exigiendo que las ciencias de la conducta
humana aspiren a adoptar los principios de clasificación
clínicas postulados por Robert Koch. Que en los 140
años de su existencia han demostrado, que clasificando
enfermedades de acuerdo a sus causas y mecanismos — en esta
era, emergente de la neurociencias — parece resultar el
único método legítimo y viable, en lugar de
hacerlo por resolución de comités políticos
y serviles, en todo respectos, a los intereses
creados.

Como dicen en las cortes para los procesos
criminales en los países anglosajones:

"I rest my case…"

Fin de la lección.

Bibliografía

• Larocca, F: (2008) DSM-ETC:
  Razón, sinrazón, historia: El futuro de una
  ilusión y la ilusión de un futuro en
  monografías.com

• Larocca, F: (2008) Trastorno
  Limítrofe de la Personalidad en
  monografías.com

• Larocca, F: (2008) Kraepelin,
  Freud, ¿El futuro de la psiquiatría y el finale
  de DSM-ETC? La Casa de naipes que Bob Spitzer
  construyó en psikis.cl y en
  monografías.com

• Larocca, F: (2008) Así es
  cómo pensamos y así es cómo sentimos —
  nos demuestran las neurociencias y los arquitectos de
  DSM-ETC en monografías.com

• Larocca, F: (2008) Escribiendo en
  la Arena: Bulimia y Trastorno de Personalidad
  Múltiple

• Larocca, F: (2007) La personalidad
  "as if"… La Personalidad Mimética, un concepto,
  a menudo ignorado, en la psiquiatría en psikis.cl
  y en monografías.com

• Larocca, F: (2007) Trastorno
  afectivo, Tetania muscular y Alcalosis Respiratoria en
  monografías.com

• Larocca, F: (2009) Bernard Madoff,
  Quimera: Crimen y Castigo, la neurobiología del
  engaño y el principio inquebrantable de la Ley Natural
  (I) & (II) (en proceso de
  publicación)

• Larocca, F: (2008) La masacre de
  Texas: El mal que los hombres hacen… en
  monografías.com

• Larocca, F: (2009) Los
  enteógenos, el chamanismo, y los estados de conciencia
  alterados en psikis.cl y en
  monografías.com

• Larocca, F: (2009) Música:
  Evolución y Destino… "Yo sé por
  qué, el pájaro, canta en su jaula…"
  en monografías.com

• Lindy, J: (1987) Vietnam: A
  Casebook Brunner/Mazel

• Larocca, F: (2009) Post mortem del
  fallo de la economía global, y de sus resultados
  psicológicos: ¿Quién
  sobrevivirá?, y "Las Tres muñecas"…
  (en proceso de publicación)

• Aguasvivas, F: (2009) Todas las
  posibilidades: El Fascinante y estremecedor relato de uno de
  los escándalos político-financieros más
  grandes del mundo Editorial Impretur

• McHugh, P: (2008) Try to Remember:
  Psychiatry"s Clash Over Meaning, Memory and Mind Dana
  Press

Bibliografía adicional
suministrada por solicitud

• Larocca, F: (2008) Trastorno por
  estrés post-traumático (TEPT) y sus
  "curas"…

Apéndice

Una breve historia de la "insanity
defense"

La "Regla de M'Naghten"

En 1843, Daniel M'Naghten, un inglés
quien presumiblemente, fuera un paranoico esquizofrénico.
Bajo la falsa ilusión de que era perseguido,
disparó un arma de fuego y mató a Edward Drummond,
secretario para el Primer Ministro Británico Sir Robert
Peel. 

Para sorpresa de la nación,
M'Naghten fue declarado no culpable por el hecho de que era
víctima de una locura en el momento de su
acción. La resultante indignación
pública, persuadió a la Cámara de los Lores
a establecer normas para la defensa de quienes están
desquiciados por cualquier trastorno mental. El resultado fue lo
que en adelante se conocería como la "Regla de
M'Naghten".

La Regla dispone lo siguiente:

"Todo hombre se presume ser sano, y
para poder establecer una defensa basada en ser víctima de
la locura, debe quedar claramente demostrado que, en el momento
de la comisión de su acto:

• Podía distinguir entre el
  bien y el mal,

• Podía adherirse al
  bien.

• Entendía el significado de
  su ofensa, y

• Podía participar en su
  propia defensa."

Esta regla, con los años, ha sufrido
muchas metamorfosis y hoy se aplica con laxitud
infinita.

Autor:

Dr. Félix E. F.
Larocca